viernes, 11 de diciembre de 2009

LA ENFERMEDAD LLAMADA MIEDO

[Por: Geber Arana]

El haber renunciado a muchas cosas por “el miedo” hizo que cada vez se complicara más esta enfermedad.  Creo que el haber tomado el lado fácil de todo hizo que nunca pudiera desarrollarme libremente;  en realidad, nunca lo intenté, siempre me gustó lo fácil con tal de no esforzarme y no fracasar. Pero ahora estoy pagando el precio, el haberle tenido miedo a todo, formó en mi una personalidad que no era la mía, me hizo adoptar otra personalidad y creo que eso ha sido lo más trágico que hice en mi vida.


Muchas veces encontramos en nuestra vida una “enfermedad terminal” la que nos hace escondernos y no arriesgarnos nunca ante la vida; el tener “miedo” es lo peor que podemos hacer en la vida, temerle al fracaso, al que no logremos hacer tal cosa, al que no podamos tomar nuestras propias decisiones.  Creo que esa es la enfermedad más trágica de la historia.  Pero ahora que recuerdo, antes esto no existía. 

Un par de años atrás conocí a alguien que me enseñó a no tener miedo, me dio el mayor ejemplo que alguien me puede dar.  Me mostró que enfrentando nuestros MIEDOS nos volvemos más fuertes.  A EL le tocó enfrentar a la muerte, habló cara a cara con ella; trato de hacerlo dudar, incluso estuvo a punto de vencerlo.  Pero se acordó de que su Padre no lo había enviado para tener miedo, si no para vencer y derrotar cualquier obstáculo que se le apareciera en el camino.  Levantó su rostro, vio hacia el cielo y exclamó.  “Padre si es posible, haz que pase esta prueba sin enfrentarla, pero, que se haga tu voluntad en mi vida”.

Esas palabras marcaron su vida, fue y es un triunfador ante la vida y la muerte.  El tener miedo nos hace estancarnos, no nos deja arriesgarnos, le roba la libertad a nuestro corazón.

Dios no nos ha dado un corazón cobarde, EL diseñó nuestro corazón para enfrentar cara a cara los problemas y demostrar de quien somos creación.

Pensar que muchas veces dejamos ir grandes oportunidades por tener miedo y no querer enfrentarlas cara a cara; dejamos que nos humillen o falten el respeto por la falta de valor de enfrentar o decir NO a las cosas.

Escondemos nuestra verdadera identidad tras un falso “yo”; cuando enfrentamos nuestros miedos es cuando en realidad comenzamos a ser nosotros mismos.

Mientras le huyas a lo que le temes esto te perseguirá y no te dejará vivir tranquilamente.

Leyendo el libro “Salvaje de Corazón de Jonh Eldredge” me encontré con una nota súper interesante, una historia acerca de un hombre a quien lo asolaba un sueño recurrente, una pesadilla en que un feroz león lo perseguía. El pastor dio instrucciones al hombre: cuando el león esté cerca de ti, no intentes huir, en vez de eso quédate y pregúntale quién o qué es, y qué esta haciendo en tu vida, el hombre estuvo de acuerdo y luego informó lo que estaba ocurriendo: el león esta de pie frente a mi, gruñendo y sacudiendo la cabeza...le pregunto quién es...y … !ah! !No puedo creerlo lo que está diciendo! Dice: “Soy tu valor y tu fortaleza. ¿Por qué huyes de mí?

Tenemos que armarnos de valor y enfrentar cara a cara esa enfermedad que nos está atacando y consumiendo lentamente. El miedo es más que todo un pequeño obstáculo que nos separa de nuestra verdadera personalidad.

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