viernes, 11 de diciembre de 2009

LAS MALAS DESICIONES NO SE PIENSAN, LAS BUENAS SI

[Por: HAC]
¿Cuándo fue la última vez que te propusiste no crecer en tu vida espiritual?  Ya sé que es una pregunta demasiado rara, porque no suena a una meta que deberíamos proponernos.  Pero vale la pena hacerla, porque ahora viene una mucho más real: ¿Cómo está tu vida espiritual? ¿En crecimiento?  ¿O en deterioro?

Es posible que no te hayas propuesto estancarte, retroceder, caer, ceder en tu vida espiritual… y aun así  puede ser lo que esté sucediéndote hoy.  Este tipo de decisiones no se piensa, no se planifica, no se anhela.  Simplemente ocurre, porque no hemos tomado la iniciativa de lograr lo contrario.

No pensar en las decisiones correctas muchas veces equivale a dar lugar a las equivocadas.

Cuando veo hacia atrás en mis años de vida cristiana, puedo señalar momentos que me gustaría borrar.  Me doy cuenta de malas elecciones que he tomado, y han dejado heridas que me han marcado (algunas no solamente a mí sino también a quienes me rodean).  Nunca las planifiqué, pero sucedieron.

Así que ahora, no puedo borrar el pasado; sólo puedo escribir el futuro.

Quiero compartirte un consejo sumamente práctico y fundamental.  De hecho, es más bien un reto que yo mismo voy a proponerme.  No cabe duda que la mejor manera de estar equipados para enfrentar las decisiones de manera correcta, es conociendo los principios de Dios.  ¡Si estamos equipados con su sabiduría, podremos desarrollar una vida espiritual victoriosa! 

Por eso, me encanta el consejo de Dios a Josué: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” (Josué 1:8)

Mi propuesta es esta: Anímate a leer un capítulo diario de la Biblia.  Dedica tiempo para crecer en sabiduría, y muy específicamente te propongo que comencemos con el libro de Proverbios.  Justamente el libro cuenta con 31 capítulos (así podremos leerlo completamente en un mes).  De hecho los expertos dicen que un hábito se forma cuando hacemos algo repetidamente durante 21 días, así que si logramos completar el libro de Proverbios, ¡quizás formemos un hábito de lectura bíblica para toda la vida!

Acepta el reto de la lectura bíblica.  Llena tu mente de la sabiduría de Dios.  Sin lugar a dudas, ¡te hará más capaz para pensar y tomar decisiones correctas!

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