jueves, 19 de noviembre de 2009

QUE HACER CUANDO NO SE QUE HACER

[Por: Arcenio Castillo]
En nuestra vida afrontamos momentos críticos, momentos en los cuales nos encontramos entre la espada y la pared o en un callejón sin salida. ¿Te has encontrado en esta situación? Quizá pienses, ahora mismo lo estoy. Te encuentras en la soledad, en la desesperación, o has caído en la depre…no sabes que hacer.

Muchas veces la actitud que tomamos frente a las situaciones difíciles es de queja o murmuración, tomamos una actitud negativa, pero es necesario aprender a saber que hacer, cuando no se sabe que hacer, esto es cuestión de actitud.

Todas las personas tenemos adversidades, nos encontramos con pulidoras. Una pulidora es útil para pulir un diamante y hacerlo brillar, pero también puede moler una roca, hasta convertirla en polvo. Las situaciones difíciles pueden pulverizarnos o pulirnos, depende del material del cual estemos hechos.

La adversidad es una oportunidad para quienes poseen la actitud de los discípulos y los primeros cristianos en persecución, una oportunidad para la expansión del evangelio. La actitud vence la adversidad. El proceso de luchar desarrolla nuestro carácter, nuestra fuerza y nuestra mente.

Alguna vez hemos escuchado hablar de un genio de la electricidad, el suizo Charles Steinmetz, era discapacitado de nacimiento, su cuerpo grotesco, tenía una joroba y bajo de estatura, que parecía un enano.

La madre de este genio murió antes de que el niño cumpliera un año. Su padre, un hombre pobre. Charles no podía correr, jugar o desenvolverse como otros niños, así que decidió dedicarse a la ciencia. Cuando emigró a Estados Unidos, no sabía hablar inglés, afrontó muchos problemas, pero por fin encontró un trabajo en la General Electric, en la que cobraba doce dólares a la semana. Demostró ser un excelente trabajador con capacidades sorprendentes, convirtiéndose en uno de los más grandes expertos mundiales en materia de electricidad.

Hoy día, se escucha hablar de este hombre, uno de los protegidos de Thomas Edison. Lo que se escucha de él, es su habilidad, su conocimiento, en sí un hombre de ciencia. No escuchamos hablar de su estatura ni de su joroba. Sus logros, no su discapacidad, lo inmortalizaron. Su actitud venció a la adversidad.

Muchas veces nos desalentamos, nos quejamos, murmuramos o buscamos culpables, porque contamos nuestras bendiciones con los dedos y nuestra miseria con la calculadora. Las tormentas de la vida tienen como propósito mejorarnos, no amargarnos, hacernos brillar, no ensombrecernos. La actitud que vence a la adversidad, conquista a la murmuración, a la queja y al descontento. Pablo aconseja a la Iglesia de Filipos, « Haced todo sin murmuraciones y contiendas» Filipenses 2:14, además el salmista nos declara que «nuevas son cada mañana las misericordias de Jehová».

Es necesario permitir que la Palabra de Dios cobre vida en nosotros, haciéndola nuestra, «Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días» Salmo 23:6.

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